Roma, la ciudad eterna donde el tiempo parece haberse detenido hace siglos. Caminar y recorrerla es un descubrir a cada paso el por qué de amarla. Sus monumentos y los restos de imponentes edificios hacen que un paseo por sus calles se convierta en un viaje por el tiempo.
Esa esencia que se respira en sus calles, es lo que nos impulsó a crear esta nueva colección de verano.
Sus calles, sus aromas, su desorden, su saber vivir tan típico de los romanos y de toda Italia.
Desfachatada, apurada e imponente
durante el día y tan apacible cuando cae la
noche. Sus cafés y restaurantes se
iluminan y nos invitan a saborearla
despacio, sin apuro.